lunes, 6 de febrero de 2012

No fue mucho lo que me quedó. Terminaste con esa persona que solía ser, dejaste mi mundo dado vueltas y te fuiste así como llegaste. Sin saberlo, sigo dejandote una nota antes de ir a dormir por si decides regresar. Me dejaste sola, te llevaste todo lo tuyo y lo mío, te llevaste el tiempo que perdí, me dejaste sólo esos recuerdos que alcanzan para llenar ese enorme vacío que siento al despertar. Me dejaste demasiada libertad, esperando quizás que consiga a alguien más, nunca imaginaste que en verdad no quiero a nadie más que a vos. Ahora que ya te tuve, todo lo demás no puede volver a la normalidad. Voy olvidando como se sentía estar con alguien y disfrutar de la compañía, voy olvidandote sin querer hacerlo, olvido cada fraccion de tu cuerpo, tus expresiones y no quiero. Me conoces de la punta de mis pies a la cabeza, sabes todo, sabes como levantarme y hundirme con sólo segundos de distancia. No sirve de nada que me castigue por habernos perdido, no sirve que nos recuerde si esos recuerdos no se volveran realidad. Necesito tiempo, más que un año para dejarnos ir. No sirve que retenga a la persona que dejaste de ser, la persona que dejo de quererme sin un porqué, la persona que no dudo en lastimarme y dejarme para que las heridas sanen por sí solas. No sabes lo que es levantarte de semejante caída, no sabes lo que significa no tener a quien pensaste que siempre estaría allí para darte la mano.

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