lunes, 9 de enero de 2012


Y no lo entiendo, fue tan efímero caminar de tu dedo en mi espalda dibujando un corazón. Y pido al cielo que sepa comprender estos ataques de celos que me entran si yo no te vuelvo a ver. Le pido a la luna que alumbre tu vida, la mía hace ya tiempo que yace fundida. Con lo que me cuesta querer sólo al rato, mejor no te quiero, será más barato. Mientras rebusco en tu basura nos van creciendo los enanos de este circo que un día montamos, pero que no quepa duda que muy pronto estaré liberado porque el tiempo todo lo cura, porque un clavo saca otro clavo . .

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